martes, 4 de diciembre de 2012

Cuestiones antárticas desde la óptica argentina

El texto a continuación es un extracto de las conclusiones de mi tesina de grado. 

En el aspecto económico se destaca el gran potencial de la región austral derivado de la alta probabilidad de presencia de recursos naturales extraíbles como hidrocarburos, carbón, cobre y hierro. Muchos de estos recursos son de índole no renovables por lo que con el aumento de su consumo y demanda a nivel mundial generarán dentro de los próximos 10 a 30 años, según el recurso, el agotamiento de las fuentes ya explotadas. En este contexto tomarían relevancia las nuevas fuentes antes descartadas por cuestiones logísticas y de accesibilidad. La Antártida es una de ellas.

El STA viene desde 1961 regulando severamente la actividad económica en el continente, y con la Convención para la Reglamentación de las Actividades sobre Recursos Minerales Antárticos estancada por falta de ratificaciones desde principios de los ’90, es el Protocolo de Madrid el que termina de prohibir toda forma de exploración y  explotación económica de estos recursos naturales hasta el día de hoy.

Dicha prohibición solo puede ser levantada mediante una reunión consultiva de los miembros plenos del Tratado Antártico. Este grupo de estados fue aumentando en número en los últimos 40 años, dejando a los países reclamantes en inferioridad numérica frente a otros sin pretensiones territoriales o con reservas a reclamos futuros. Ante un eventual llamado a revisión por cualquier estado miembro  en los próximos años, incluyendo países menores sin un historial antártico relevante, se podría realizar una apertura del STA habilitando una explotación económica regulada de la región.

Vinculando esto con el agotamiento de las fuentes ya explotadas y la consecuente presión política,  se puede estimar que estos cambios podrían comenzar a surgir a partir de los próximos 10 años.

Esta potencial apertura del STA atrae desde ya algunos años el interés de actores estatales que no cuentan con una historia de actividad antártica significativa como la ostentan la mayoría de los miembros originales del Tratado Antártico.
 
Podemos destacar entre estos nuevos actores a la República Popular China y a Brasil. Ambos Estados han incrementado su actividad antártica drásticamente en los últimos 10 años constituyendo actores de interés en la pugna. El primero por su rol de potencia mundial y el segundo por su capacidad de desequilibrio en una posible negociación, a favor del bloque sudamericano. Sin dudas la incorporación de Brasil como estado “antártico” pleno es de vital importancia para las pretensiones argentinas y chilenas.

Así y todo, la explotación económica de recursos en la región antártica sigue siendo fuertemente condicionada por su entorno hostil. Las duras condiciones climatológicas, las dificultades de acceso, las aguas repletas de icebergs y la ubicación remota influyen en su potencial económico.

Sin embargo estos obstáculos pueden ser sorteados gracias a los avances tecnológicos. Desde los primeros visitantes a principios del siglo XIX mucho ha cambiado en la planificación y ejecución de las campañas. La incorporación de tecnologías como el Sistema de Posicionamiento Global y el perfeccionamiento de las embarcaciones y técnicas de navegación han facilitado drásticamente el acceso a la región. Esto redujo los de costos de operación y mantenimiento. 

Pero no solo favoreció el accionar de los estados. Muchos individuos han comenzado a encarar viajes particulares a la región antártica por medios propios. Esto constituye toda una nueva dimensión de análisis ya que el continente ya no es solo accesible a estados mediante operaciones semi-militares sino también a las personas que cuentan con los fondos suficientes.

Esto llevaría a su vez a nuevos puntos de confrontación entre las partes por la cuestión de la jurisdicción. No existen jurisdicciones definidas y el STA sortea dicho tópico. El caso citado de Rodney Marks es un ejemplo de lo que puede suceder con estos nuevos viajeros antárticos. Es de suma importancia que este tema sea tratado por los estados del STA con celeridad.

Esta potencial disputa se agrega a otras tradicionales como el resurgimiento de la tensión entre la Argentina y el Reino Unido. El acto simbólico de Rusia en el lecho marino del ártico generó la reacción de Londres al presentar la documentación para la extensión de la plataforma continental, avanzando sobre posesiones y pretensiones argentinas y pudiendo vulnerar el TA. La superposición de reclamos entre estos dos estados y Chile son un tema caliente, que había quedado relegado durante varias décadas.

Pero es en la cuestión Malvinas donde las tensiones alcanzan su máximo nivel. La reciente mediatización del tema ha reflotado los cruces diplomáticos entre Buenos Aires y Londres sobre la soberanía de las islas.  El archipiélago y las islas aledañas son una de las puertas de entrada a la Antártida y el sustento del reclamo británico. Es por esta razón que la disputa en torno a las Malvinas, Sándwich del Sur y Georgias es inseparable de los conflictos de soberanía en la Antártida e imposible una solución autónoma de uno de los dos conflictos. No puede haber solución definitiva que no abarque a ambos puntos.  

martes, 9 de octubre de 2012

Introducción a la crisis europea


Por María Gala Bosch Nuñez

En el año 2010 la economía europea sufrió un shock. Habiendo sido recientemente sacudida por la crisis inmobiliaria norteamericana, debió también soportar una crisis de la zona euro. La misma se descubre cuando, al asumir un nuevo gabinete en Grecia, este da a conocer que los anteriores números respecto a la economía griega habían sido falseados. El déficit presupuestario del estado es mucho mayor delo que se creía, y esto puede afectar su capacidad de pago de deuda. La noticia genera una crisis de confianza que obliga a Grecia a subir enormemente las tasas para colocar deuda en el mercado financiero. El gobierno acude entonces a la Unión Europea, y esta involucra al FMI. Se decide entonces ayudar al país helénico mediante préstamos, a restaurar la confianza en su capacidad de pago. Para ello se le exigen, sin embargo, una serie de medidas de austeridad que provocan la furia de los ciudadanos griegos.

La crisis, sin embargo, no se detiene ahí, sino que se expande a otros estados cuyas economías también parecen frágiles, y que ahora tienen problemas para conseguir financiamiento. Estos son los denominados PIGS (Portugal, Irlanda, Grecia y España). También estos estados deben buscar la ayuda de la Unión Europea y se ven enfrentados con fuertes movimientos populares en contra de las medidas de austeridad que se les exige a cambio de es ayuda. 

La crisis económica ha pasado además a otros ámbitos, entre ellos el político. Muchos ciudadanos de los países afectados se preguntan hoy a quien responden realmente sus gobiernos, que si bien son votados por los ciudadanos, parecen seguir las directivas de los estados más económicamente fuertes de la Unión (especialmente Alemania). Es así como estadistas extranjeros, elegidos por otros pueblos, imponen a los ciudadanos en crisis sacrificios que estos rechazan. Hay quienes argumentan que se está generando una crisis de legitimidad.

Por otro lado entre los ciudadanos de los países con economías más desarrolladas, se ha desarrollado un cierto sentimiento de rechazo hacia estos estados que, sin poder mantener sus cuentas en orden, han provocado problemas a toda la unión monetaria, problemas por los que ellos también deben pagar. Es así que también va desapareciendo la solidaridad europea que tantos años y perdón le ha costado generar al continente.

 Ante este panorama desalentador muchos se preguntan ¿qué hará Europa? Puede darse por vencida dejando ir a los países menos aptos para mantener una moneda tan pesada como el euro. Los más pesimistas han dicho incluso que la Unión Europea podría desaparecer. Sin embargo, por ahora, los Estados han decidido seguir el camino de la austeridad, poner sus cuentas en orden y continuar con la integración. En lugar de culpar al proceso por los problemas que los aquejan han decidido seguir adelante con el mismo y superar la crisis.

En el siguiente trabajo, a través de los supuestos de la teoría neofuncionalista y de sus críticos argumentaremos que los sucesos arriba descritos no representan el fin del proceso de integración europeo, sino una crisis que llevará a la mayor expansión de ámbitos incluidos en el proceso, basada en un mayor compromiso político con el mismo.


viernes, 28 de septiembre de 2012

La política internacional sin Chávez

Las primeras dudas surgieron en plena campaña electoral, pero con la delicada salud del líder venezolano se abren mas incógnitas sobre el futuro político de Venezuela  Y por la misma trascendencia que logró el presidente bolivariano, una salida del poder traería consecuencias mas allá de las fronteras de las tierra de Simón Bolívar. ¿Cómo se perfilaría una América latina sin Chávez?

No es mi intención analizar las cuestiones internas, ya que además de no ser el foco de este blog, carezco de suficiente conocimiento como para poder opinar sobre el asunto. Si me voy a enfocar aquí en lo que podría suceder en cuanto a las relaciones entre los países dentro y fuera de la región. 

Está claro que los principales afectados serían sus países aliados en la región, el ALBA. Ecuador, Nicaragua y Bolivia tienen lazos especiales con la Venezuela chavista. Pero el resultado de las elecciones también son seguidos de cerca por países extra regionales como Irán y Rusia, aliados estratégicos y socios comerciales. 

Comencemos por la región. El lazo que une a los países del ALBA es más bien ideológico/político que económico. Antes de la llegada de Chávez las relaciones comerciales entre si eran poco significativas. Luego de años de PSUV en el poder, las mismas se incrementaron, pero distan de ser de relevancia para la estabilidad económica de cada uno. Un cambio de mando en Caracas no implicaría una gran modificación en la matriz de comercio exterior de la región. Recordemos que los principales socios comerciales de Venezuela siguen siendo EE.UU y Colombia entre otros. 

El impacto para los gobiernos de estos tres países sería más bien el de la desaparición de su anclaje político-ideológico.   Es conocido el apoyo que brindo Hugo Chávez a lo largo de los años para que los gobiernos de Ortega, Morales y Correa se afirmen en el poder.
La pequeña economía nicaragüense fue fácilmente influenciable por el dinero derivado de la venta de petróleo de Venezuela. Sin esta ayuda Ortega no se hubiese perpetuado en el poder, y sin esta tiene escasas chances de seguir financiando sus proyectos.
El caso de Bolivia es especial. Desde sus inicios del lado del socialismo del siglo XXI, el líder indigenista es uno de los principales allegados del presidente venezolano. En varias ocasiones el bolivariano ofreció ayuda económica e incluso militar ante la complicada situación interna que sufre el país andino. La cuestión de la secesión de la región de la “media luna” fue en parte desestimada por el rol de Venezuela, pero ante el cambio de rumbo de Caracas se podría reavivar la situación. La futura estabilidad boliviana va a depender en gran parte de los resultados de estas elecciones.
Ecuador por otra parte no debe enfrentar una tensa situación interna como Bolivia, pero está claro que Correa es uno de los alumnos principales de Chávez y la desaparición física o política de este le jugaría en contra a sus aspiraciones a futuro.

En cuanto al resto de la región. El proceso de normalización de las relaciones bilaterales con Colombia es factible de persistir, mientras que se aliviarían las tensiones fronterizas con el Brasil y Guyana.
Lo que es una gran incógnita es el proceso de integración de Venezuela al Mercosur. Luego de tantos años y vaivenes para su incorporación no es muy aconsejable su retracción, por lo que hay que observar que posición elegirá dentro del organismo comercial multilateral.

El vínculo con EE.UU no cambiaría mucho en lo comercial. Las relaciones en torno a la venta de petróleo seguirían normalmente. Pero a nivel político es muy factible un acercamiento entre Washington y Caracas.

Si miramos más allá del atlántico y el pacifico nos encontramos con otros gobiernos que van a estar prestando especial atención a los comicios del 7 de octubre. En los últimos años Moscú fue uno de los principales socios comerciales en cuanto a la venta de armamento de Venezuela. Solo en el 2010 acordaron una transacción de más de 5.000 millones de dólares. La relación comercial va más allá e implica incluso la transferencia de armamento e intercambio de personal. Rusia viene perdiendo socios claves de su negocio armamentístico como Libia, Siria e Irán (bloqueo internacional) y sería un nuevo golpe la perdida de Venezuela como comprador relevante. Ante el hipotético caso de una derrota chavista, quedarían en suspendo algunos de estos contratos.
Por último, Irán. El país islámico viene ensayando recientemente una política de acercamiento a las naciones de Latinoamérica en búsqueda de nuevos aliados y socios. Pero la puerta de entrada al continente fue Venezuela. Chávez y Ahmadineyad son muy cercanos y comparten el discurso antiimperialista y antinorteamericano. Además de socios comerciales son socios políticos. La salida del bolivariano significaría la pérdida de un importante aliado mundial para Irán y un golpe a sus intereses en Latinoamérica.

La posibilidad de una salida del poder del actual presidente generaría  una serie de cambios políticos tanto regionales como globales, externo e internos. En cuanto a lo que refiere la política internacional, los perdedores cederán mucho más de lo que obtendrán los vencedores. A nivel local, la disputa por el lugar de Chavez va a ser dura y la transición podría no estar ausente de violencia. 

viernes, 14 de septiembre de 2012

El rol de las ONGs en las RR.II: Caso Greenpeace



En la segunda década del siglo XX y con el avance de la globalización comenzaron a  surgir nuevos actores a nivel internacional que en varias ocasiones llegan a competir con los Estados en cuanto a poder y riqueza. Estamos hablando de las ONGs, que junto a las empresas multinacionales se consolidaron como partes gravitantes de las relaciones internacionales.

El caso que queremos analizar aquí, se me planteó luego de observar la nueva campaña de publicidad de Greenpeace Argentina de “No transamos con nadie”, dedicada a gobiernos y corporaciones. Vamos a aprovechar este ejemplo para demostrar uno de los tantos roles que estas entidades pueden ejercer en el escenario internacional. 

Como ya sabemos, Greenpeace es una organización no gubernamental ecologista creada a principios de los ’70 en Canadá con el fin de proteger y defender el medio ambiente (uno de los nuevos temas de la agenda internacional). Busca cumplir con estos propósitos mediante campañas mediáticas y acciones concretas. Pero uno de los puntos que más nos interesa es la cuestión de la financiación. La organización cuenta con presencia en más de 41 países y múltiples oficinas ocupadas por una gran cantidad de empleados y un número aún más grande de voluntarios. Sostiene toda esta infraestructura (a la que se le suma una flota entera de barcos) con aportes voluntarios de individuos, rechazando supuestamente las donaciones provenientes de sectores políticos y empresariales. Escribimos supuestamente porque está comprobado que gran cantidad de los millones que maneja la organización anualmente provienen de grandes empresas multinacionales a través de sus fundaciones asociadas, gran ejemplo: la Rockefeller Brothers Fund., vinculado al sector petrolero con la Standard Oil.[1] Siguiendo en el rubro petrolero, en el 2000 Greenpeace sorprendió con la adquisición de acciones de la Shell[2], justificando esta medida como una estrategia para influir en la toma de decisiones de la multinacional.

Así como es el caso de las petroleras, se sospecha que muchas otras empresas y gobiernos “auspicien” las acciones de Greenpeace. Es así como llegamos otra vez a la vinculación con la Argentina.

Nuevamente en el año 2000, el gobierno australiano confirmó que la Argentina, a través de su empresa estatal INVAP (Investigaciones Aplicadas Sociedad del Estado), se impuso en una licitación por la construcción e instalación de un reactor nuclear destinado a la investigación médica.[3] Esto marcó un hito para la industria de alta tecnología argentina al ser la exportación con mayor valor realizada hasta el momento, aproximadamente 180 millones de USD. Hecho que queda magnificado aún más por haber vencido en la licitación a propuestas de empresas importantes como Siemens AG de Alemania y Technicatom de Francia.

El hecho fue duramente criticado por Greenpeace, llegando a alegar que se generaría basurales radioactivos en la República (hecho que no era cierta y que quedaba expuesto en el plan de trabajo aprobado entre Australia y la Argentina) y que se atentaría contra el futuro de la nación. La campaña mediática fue de gran envergadura y se involucró a personalidades locales (Pergolini, Lanata, Darín etc.). Pese a estos intentos por boicotear la exportación, el Senado ratificó el acuerdo.

De haberse incumplido el contrato, se hubiese asestado un duro golpe a la industria de alta tecnología nacional al perder credibilidad a nivel internacional, sumado al hecho de dejar pasar la posibilidad de afirmarse dentro de los países punta en cuestiones de energía nuclear. En un comunicado en el 2002 Greenpeace llegó a afirmar que buscaba “esterilizar” el INVAP.[4]

Es difícil no pensar que así como muchas petroleras son indirectamente patrocinadoras de las campañas de esta ONG, muchas otras multinacionales dedicadas también al rubro energético no lo sean. En este caso, tanto para Technicatom como Siemens, 180 millones de dólares no eran una cifra significante. El problema para ellos se radicaba en la posibilidad del surgimiento y crecimiento de nueva competencia.

Es interesante ver como esta organización ataca casi siempre blancos de esta índole en países que no son líderes en la materia. Poco se habla de las termoeléctricas contaminantes en el Reino Unido, claro, pueden ser potenciales financistas.

Los hechos aquí presentados son fruto de una pequeña investigación y tienen una gran parte de conjetura propia, pero creemos que los datos coinciden para poder afirmar que Greenpeace ocupa una posición estratégica en el escenario mundial, sirviendo como agente publicitarios de los intereses de gobiernos y empresas que tengan el capital para contratarlos.






[4] Cabe mencionar que todo el proyecto se encontró bajo la vigilancia de la OIEA y con el cumplimiento de los máximos estándares de calidad y seguridad.

viernes, 17 de agosto de 2012

Israel, Irán y la capacidad nuclear


Desde su invención en la década de los ’40, la bomba atómica realmente ha modificado el concepto de seguridad internacional. Tal es así que durante las décadas que duró la guerra fría, las políticas de defensa de las dos potencias del momento giraban en torno a su capacidad nuclear. Palabras como “first strike” y “retaliation” eran comunes dentro de las cúpulas militares soviéticas y norteamericanas. La guerra convencional había quedado en un segundo plano.
 
Ese bipolarismo llevó a que se formaran las denominada “proxy wars”, básicamente guerras de alcance local donde las superpotencias apoyaban a  bandos antagonistas. Vietnam, Corea y Afganistán son claros ejemplos. En muchos casos no se llegó a un conflicto abierto y declarado, como el caso de la India y Pakistán, donde sus respectivos mentores occidentales los proveyeron con la capacidad de producir armas nucleares. Hasta el día de hoy este es uno de los temas calientes dentro de la agenda global.
El equilibrio generado por la capacidad nuclear entre dos estados es un hecho.
 
Para agosto de 2012 solo cuatro naciones no son parte del Tratado de No Proliferación Nuclear: Pakistán, India, Corea del Norte Israel. Los primeros dos nunca adhirieron por razones históricas y de seguridad reciproca, Corea del Norte se retiró del Tratado e Israel, nunca lo firmó.
 
Pero a diferencia de la situación relativamente clara entre Pakistán y la India, el estado judío nunca admitió ni rechazó la posesión de armamento nuclear en forma oficial. Sin embargo, diversos informes de inteligencia indican que cuenta con capacidad nuclear y con algunos centenares de ojivas nucleares. Dentro de los diagramas actuales, se lo considera potencia nuclear.
 
Siempre conservando el secretismo, el Estado de Israel comenzó con su programa en los años ’50 y evidentemente lo fue desarrollando hasta ser el único estado con capacidad nuclear de la zona de Medio Oriente.
 
Esta situación se vuelve extremadamente tensa si la insertamos en el contexto regional, donde la mayoría de sus vecinos árabes desean la desaparición de lo que ellos consideran un Estado usurpador. En varias ocasiones se llegó a la guerra, en 1948, 1967, 1973 y 2006 entre otros. Esto solo incremento el resentimiento mutuo.
 
Ambos lados incumplieron resoluciones de las Naciones Unidas y fueron responsables de interrupciones de procesos de paz. Mientras que Jordania y Egipto, luego de décadas de enemistad, aceptaron reconocer al Estado judío. Pero los demás vecinos no. Efectivamente en la actualidad Israel no hace mucho para revertir esta situación: ignora las resoluciones de la ONU respecto a la colonización del territorio palestino asignado por la delimitación del ’48, bloquea (por razones de seguridad) la franja de Gaza y ocupa territorios arrebatados a otros Estados.
 
Pero el clímax del asunto, volviendo a nuestro tema, es la potencial capacidad nuclear que está desarrollando Irán, otro de sus enemigos declarados.
 
Desde la perspectiva del realismo político, la actitud de Israel de buscar evitar a toda costa el desarrollo de dicha capacidad está totalmente justificada. Tel Aviv busca asegurar la supervivencia del estado, tal como dice la teoría. Queda claro que un país del tamaño de Israel no puede darse el lujo de tener un oponente con armamento nuclear (Teherán dice que es con fines pacíficos). El problema está en los métodos para evitar esto. ¿Con que autoridad busca Israel desarmar el programa nuclear iraní, si ellos mismos no admiten oficialmente poseer ojivas nucleares?
 
Irán tampoco es, en los ojos de la comunidad internacional, un santo. Desde la revolución del ’79 y su ruptura con EE.UU, se ha vuelto un estado fundamentalista y teocrático. Para los estándares de occidente las libertades básicas son vulneradas y sus alianzas internacionales (Corea del Norte, Venezuela, Siria etc.) no hacen más que ahondar la desconfianza en un Irán nuclear.
 
Está claro que Israel va a hacer todo lo posible para evitar que se cumpla esto. Ya en el pasado ha recurrido a la violencia, ignorando toda premisa del Derecho Internacional, destruyendo infraestructura destinada al desarrollo nuclear en otros países árabes (Iraq a principios de los ’80, donde murieron civiles iraquíes y extranjeros). Dichas acciones fueron condenadas por la ONU, pero Israel no se preocupó en acatar las medidas y siguió actuando. En los últimos años murieron por ejemplo, en circunstancias sospechosas, cinco científicos iraníes que trabajaban en el programa nuclear. Se sospecha que la Mossad estuvo involucrada.
 
Esto constituye otro acto de hipocresía. Un Estado que debe su existencia moderna  a un organismo multilateral como la ONU, se escuda detrás de su nombre para las resoluciones que lo favorecen pero por otro lado ignora las advertencias, condenas y sanciones.
 
En las últimas horas, varios funcionarios israelíes declararon estar listos para dar un nuevo golpe contra el programa iraní. Esta vez ante la vista de todos mediante las FF.AA, atacando centrales nucleares. Buscarían ampararse en el derecho al “ataque preventivo”, un controvertido concepto del Derecho Internacional, que ya les costó el rechazo global en 1967. Lo único que estaría impidiendo que esto se haga realidad sería el costo político internacional (dentro de una ecuación costo-beneficio).
 
Está claro que Irán, ni por poco, es capaz de brindar seguridades sobre su programa y confianza en su palabra de que es para fines pacíficos. En este caso queda a disposición  de la comunidad internacional encontrar un consenso y actuar. Por otro lado es evidente también que Israel no va dejar su destino en manos de otros, esos otros que otrora le forjaron su estado moderno. ¿Seguirá Israel con su tradición de ignorar medidas que le sean contrarias? 

Al fin y al cabo la pregunta final sería: ¿Por qué Israel, un estado agresor en más de una guerra, tiene derecho a poseer capacidad nuclear e Irán no?

domingo, 29 de julio de 2012

¿Por qué vetan Rusia y China la acción en Siria?


En los últimos días tanto Rusia como China utilizaron su poder de veto para bloquear nuevamente una resolución del Consejo de Seguridad destinada a tomar acciones directas relativas al tema del conflicto en Siria. Miremos cuales son las razones de dichas negativas.

La guerra civil que estalló como consecuencia de la denominada “primavera árabe” cumple casi un año y medio de lucha armada. Los rebeldes exigen la salida del partido Ba’ath del poder junto a su actual presidente al-Assad. El nivel de violencia fue creciendo paulatinamente llegando a abrirse fuego abiertamente sobre población civil por parte del ejército leal a al-Assad. La respuesta fue un aumento en las filas rebeldes y diversos atentados sumados a la lucha clandestina. El resultado de todo fue una guerra civil según los libros.

Tal como sucedió en otros países, la cuestión llegó al recinto de las Naciones Unidas en Nueva York, donde se discute que tipo de acción tomar ante la escalada de violencia. Las posturas son variadas pero se pueden dividir a grandes rasgos en dos. La primera es la mayoritaria, y representa la visión occidental del conflicto, resumida en la necesidad de intervención internacional para defender a la población civil en interpretación de la Carta de las Naciones Unidas. Esta postura es encabezada por EE.UU, el Reino Unido y Francia. Por otra parte, existe la postura adoptada por Rusia y la República Popular China. La misma ve con escepticismo la intervención de la comunidad.

En tres ocasiones (una en febrero y dos en julio del 2012) estos últimos utilizaron su poder de veto dentro del Consejo de Seguridad para impedir la aprobación de una Resolución que podría abrir el camino a una intervención internacional. ¿Pero cuáles son las razones por la cual estos dos miembros permanentes del CS y actores globales bloquean la acción de la comunidad internacional? 

Las razones son diferentes. Empecemos por Rusia.

Muchos atribuyen el reiterado veto ruso a las ambiciones personales de Vladimir Putin y su intento por reposicionar a su país nuevamente dentro de las potencias globales en forma firme. Pero si observamos bien en vez de razones personales/psicológicas vamos a ver causas netamente geopolíticas y de interés nacional.

Históricamente Rusia buscó una salida directa al mar mediterráneo y actualmente su única base sobre las costas de dichas aguas es la base naval de Tartus, ubicada en Siria. Proveniente de la era soviética, estuvo abandonada durante años y  a fines del 2008 se aprobó la renovación y modernización de la base. Durante el conflicto sirio se desplegaron incluso diferentes naves de batalla al puerto y se mantiene una presencia militar mínima. La caída de al-Assad y una intervención internacional pondría en peligro este interés geopolítico ruso. Putin no quiere arriesgar a que suceda lo mismo que en Libia, donde su apoyo a una resolución permitió, según su criterio, una interpretación radical  por parte de occidente para intervenir en el país militarmente.

Por otra parte están las razones comerciales. Siria es un importante comprador de armamento ruso. La cifra entre contratos firmados y futuros rondaría los 5 billones de dólares. Nuevamente la salida del actual mandatario pondría en jaque este negocio. La industria armamentista rusa ya debió soportar las pérdidas de los contratos con Libia y el bloqueo internacional a Irán.

Luego esta China. A diferencia de Rusia, el gigante asiático no tiene ningún interés geopolítico directo ni relevante comercialmente. Si bien para Siria las relaciones comerciales con China son relevantes, no lo son a la inversa. El veto chino pasa por otro lado.

Nuevamente nos remitimos a la intervención en Libia donde China apoyó la ya mencionada resolución que permitió la entrada de la OTAN al país. El gobierno chino se sintió también traicionado por la acción de occidente y ahora busca plantarse firme para evitar que se repita la situación.

De esta forma Beijing también busca sentar un precedente para evitar futuras intervenciones dentro de su zona de influencia.

Pese a todo esto, si miramos a futuro, es probable que la situación cambie. Rusia no va a querer quedar del lado perdedor, y a menos de que Assad lograse una victoria decisiva sobre los rebeldes es cuestión de tiempo hasta que deba ceder para no quedar en el bando equivocado. El problema radica en que el momento en que se debe dejar al aliado es difícil de acertar. Ya sucedió con EE.UU y Mubarak y con Francia/Italia y Gaddafi.
Mientras tanto China no va a intervenir en forma directa y es posible que en los meses venideros delegue en Rusia la tarea de contener y regular a occidente al lograr marcar su posición de no favorecer la intervención internacional.



jueves, 5 de julio de 2012

¿El fin del Tratado Antártico?


El constante aumento de la demanda energética a escala mundial y el incremento en la producción industrial demandan cada vez más recursos. Esto impulsa el precio de estos y lleva a considerar fuentes antes consideradas inviables. Una de esas es el continente antártico, protegido desde 1961 por un tratado internacional  que puede llegar a su fin en las próximas décadas. ¿Qué hará Argentina?

Cuando se suscribió el Tratado Antártico en 1959 el mundo era diferente. La Unión Soviética amenazaba con extender le Guerra Fría hasta el continente austral, Argentina y Chile vivían años de tensión con el Reino Unido por los recurrentes choques en los mares gélidos del sur y todavía estaba cerca el fin de la segunda guerra mundial. Uno de los fines de este instrumento internacional de derecho fue la pacificación del último continente virgen. Y durante varias décadas funcionó: los principales conflictos de soberanía y el avance de la huella humana se detuvieron.

Pero para fines de los ’80, con las negociaciones sobre la Convención de Minera que quedó trunca y fue reemplazada por el Protocolo de Madrid en 1991 (que postergó el Tratado hasta 2048) ya se vislumbraba un posible cambio del marco vigente desde 1961.

En la actualidad observamos un revival de la economía de antaño, los recursos naturales y estratégicos recuperaron la escena de las relaciones económicas mundiales que había sido copada por ámbitos financieros. Por eso, y de la mano también de los altos precios de los commodities y  la creciente demanda por dichos recursos se acerca cada vez mas el momento en que el Tratado Antártico deba ceder ante los intereses económicos de los países del mundo. 

Esta comprobada la presencia de diversos recursos en el continente antártico y el lecho marino circundante. Petróleo, carbón, oro, plata y uranio son algunos, y ni hablar del agua dulce en forma de hielo.   

La misma debilidad legal del Tratado Antártico podría precipitar su caída. En dicho instrumento se afirma que existen dos tipos de miembros, consultivos (con voz y voto) y observadores. Cualquier país que cumpla con lo estipulado en el Tratado y Convenciones posteriores puede ser observador, y cualquier que realice actividades en la Antártida puede ser consultivo. Los miembros consultivos pueden llamar en cualquier momento a una revisión del Tratado y en esta se puede modificar o derogar de ser pretendido por las partes.
Un posible escenario sería que el valor (por agotamiento de fuentes ya explotadas y/o incremento de la demanda) de los recursos naturales continúe en aumento y se vuelva rentable la explotación en la Antártida, algún estado consultivo o nuevo miembro consultivo (impulsado por otro o por motus propio) llame a una revisión del Tratado Antártico. Nada garantiza que para dicho momento las naciones que lo suscribieron y completaron en el siglo XX mantengan su posición original. La Antártida se abriría al juego de la política internacional y la económica.

Es para ese momento que naciones como la Argentina (miembro fundador del TA y con una larga historia antártica) deben estar preparadas.

Específicamente el reclamo de soberanía argentino y el chileno son los más amenazados, ya que el Reino Unido reclama el 100% del primero y el 60% del segundo. Las pretensiones británicas son reconocidas además por los otro cuatro estados con reclamo oficial en la Antártida: Francia, Noruega, Australia y Nueva Zelanda.

Frente a esto la Argentina y Chile ya están coordinando sus acciones y acordaron dejar las disputas bilaterales para enfocarse en mantener los legítimos reclamos frente a los intereses extracontinentales. Pero la fuerza de ambos puede no ser suficiente para contrarrestar a un bloque compuesto por miembros de la OTAN y otros.

Chile y Argentina deben analizar la posibilidad de formar un bloque conjunto con naciones vecinas, también con intereses en la Antártida, específicamente Brasil (aunque también estarían Perú y Uruguay). El gigante de Sudamérica aplica una teoría diferente para la delimitación de los reclamos (La Teoría de la Defrontación frente a la de los Sectores), y le costaría a Chile y Argentina una parte de sus pretensiones. Queda a criterio de estos si es conveniente sumar a Brasil a la disputa a cambio de ceder terreno o enfrentarse a las pretensiones británicas por cuenta propia.

Es muy probable que el Tratado Antártico no complete su ciclo de vida estipulado y si bien este fin se ve aún lejano en el tiempo es necesario estar preparado para cuando llegue y no nos quedemos sin un pedazo de la torta.

miércoles, 20 de junio de 2012

Doble discurso en las RR.II: El Reino Unido y la Isla Diego García


Las bases con las cuales el Reino Unido argumenta la ocupación de las Islas Malvinas pueden ser objetadas simplemente con analizar las formas en que actuó respecto a otras colonias repartidas por el mundo, como es el caso de la Isla Diego García en el Océano índico.

La teoría realista de las relaciones internacionales dicta entre otras cosas la permanente búsqueda  de poder relativo de los estados con el fin de perpetuar su existencia y cumplir con sus demás objetivos nacionales. Esto lleva en muchos casos al surgimiento de contradicciones discursivas y practicas, cayendo consecuentemente en la hipocresía (herramienta “no invalida” en la política internacional y practica milenaria). El doble discurso o doble estándar es un arma de doble filo al permitir a un estado poder tomar justamente dos posiciones contradictorias habilitando formas paralelas de operar. Pero el problema radica en cuanto esta información obtiene repercusión mediática o simplemente cae en el escritorio equivocado. La opinión pública suele ser el verdugo del doble estándar.

En los siguientes párrafos intentare difundir uno de estos casos de hipocresía aplicada a las relaciones internacionales, caído (intencionalmente) en el olvido. Nuestro actor principal, el Reino Unido de Bretaña e Irlanda del Norte.

La semana pasada se llevó a cabo una nueva conferencia del grupo de los 24, también conocido como el Comité de Descolonización en las Naciones Unidas. Allí una importante delegación argentina renovó los legítimos reclamos nacionales sobre las Islas Malvinas frente a otra delegación compuesta por lobistas de los intereses ingleses. La cuestión de la soberanía sobre el archipiélago y las islas aledañas en el Atlántico Sur han copado en los últimos meses las tapas de los principales medios de Buenos Aires y Londres.

Como sabemos, mientras la Argentina reivindica sus derechos basándose en la expulsión por la fuerza de los pobladores argentinos en 1833, su cercanía geográfica y los títulos heredados del Imperio Español los ingleses se escudan detrás del argumento de la autodeterminación de los pueblos o intereses de los isleños (a los cuales consideran nativos, contradiciendo definiciones de la ONU). ¿Pero con cuanta convicción sostiene Londres el ideal de la autodeterminación de los pueblos? ¿Hasta que punto no es una simple excusa para mantener sus intereses geopolíticos y económicos en la región?

Les presento al atolón[1] Diego García, ubicado en el Océano índico y parte de los territorios británicos del mismo (BIOT por sus siglas en inglés). Diego García es la principal masa de tierra del Archipiélago de Chagos (Que incluye entre otras a las Islas Salomón). 

Originalmente colonizada por los franceses hacia fines del siglo XVIII fue transferida a causa de los Tratados de Paris de 1814 a la corona británica. Desde entonces y hasta 1965 permaneció como colonia británica administrada desde Mauricio (también obtenida por los tratados antes mencionados). A mediados de los ’60 el Reino Unido adquirió por 3 millones de libras el Archipiélago de Chagos de Mauricio para crear el BIOT.[2]

Inmediatamente después comenzaron las negociaciones entre el Reino Unido y EE.UU para la instalación de una base naval[3] de los últimos en las islas en cuestión. El 30 de diciembre de 1966 se oficializó el préstamo de la isla Diego García para el establecimiento de dicha base a cambio de la condonación de una deuda que poseía el Reino Unido a favor del país norteamericano por un lapso no menor a los 50 años.

Los documentos intercambiados por las partes hablaban de una masa de tierra inhabitada. Cabe aclarar que para 1966 la isla Diego García contaba con una población de casi 1000 habitantes cuyos ancestros arribaron al lugar a fines del siglo XVIII (a los que se le suman contratistas de Mauricio y Seychelles) y que se dedicaban a trabajar en las diversas plantaciones de la isla. Contaban con escuelas, hospitales e iglesias. Era menester que el Reino Unido se deshaga de sus súbditos antes de entregar la isla a los norteamericanos.
Entre 1965 y 1973 más de 400 familias debieron, voluntaria o involuntariamente, emigrar hacia Mauricio. En muchos casos fue necesario el uso de la fuerza  (involucrados relatan que se “gasearon” las mascotas de los residentes antes de estos ser deportados de la isla). Se les prometió una compensación monetaria de 650.000 libras esterlinas (algo menos que 3.000 por cabeza) y trabajo en su lugar de destino, algo que no se cumplió o tardó años en suceder (persisten hasta el día de hoy cuestiones legales). También les fue prohibido el retorno a su tierra natal. Gran parte de esta población termino viviendo en barrios precarios y sin empleo. 
Para abril de 1973 ya no quedaban “changocianos” (nombre por el cual se los conoce) en la isla Diego García. Este claro atentado a los DD.HH y violatorio de diversas normas internacionales es negado por el Reino Unido que sostiene que todos los “evacuados” de la BIOT eran contratistas.

¿Cuál es la diferencia entre la población de las Islas Malvinas y los ex habitantes de Diego García para aplicar el concepto de autodeterminación? ¿Por qué los kelpers deben tener a toda costa injerencia en su futuro y los changosianos no, si ambos pertenecen a un supuesto Territorio de Ultramar? La única coincidencia no se da entre los kelpers y los changosianos, sino entre los pobladores argentinos previos a 1833 en las Malvinas y los segundos: ambos fueron deportados por la corona británica.

El gobierno del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte aplica de esta forma un nuevo doble estándar, invalidando las bases de su discurso con el cual justifica la ocupación de las Islas Malvinas.


[1] Isla coralina oceánica, por lo general con forma de anillo más o menos circular, o también se entiende como el conjunto de varias islas pequeñas que forman parte de un arrecife de coral, con una laguna interior que comunica con el mar.

martes, 12 de junio de 2012

Guerra Civil en Malí


Muchas veces suceden eventos en el mundo que por una u otra razón obtienen poca trascendencia en los medios. La guerra civil en Ruanda en 1994 o los primeros años de la crisis en Darfur son ejemplos de esto. No es casualidad que ambas citas sean del continente africano. Si bien el lejano oriente no se queda atrás, el continente negro es el principal exponente en el “ranking del olvido mediático” en occidente. En muchos casos hace falta superar cifras con varias ceros de muertes para que se haga eco de lo que sucede.
Desde este blog intentaremos difundir un poco lo que está sucediendo en el norte de Malí, un estado en el norte de África.

Como en muchos otros estados independientes en África, Mali tiene una larga historia de vida independiente pero otra igual de larga bajo el dominio de una potencia extranjera. Pasamos de las épocas de la Mali imperial y el Imperio Songhai en el siglo XV hasta la expansión saadita del siglo XVIII. El año 1884 marcaría el inicio del dominio colonial. Fue en la Conferencia de Berlín donde las potencias europeas se dividieron, regla en mano, el continente y sus recursos. Por esta repartición el territorio de la actual Malí quedó bajo control francés.

Las fronteras trazadas arbitrariamente dividieron pueblos, culturas y religiones amigas y en muchos casos acercaron facciones irreconciliables. Este es el gran dilema del continente africano. En el caso presente la principal fuerza afectada fue el pueblo Tuareg. Este pueblo bereber de tradición nómade extiende sus regiones frecuentadas a lo largo del desierto del Sahara.

Cuando en 1958 se independiza Mali del control francés los Tuaregs reaniman sus pretensiones de independencia y preservación de la cultura. Durante la corta vida de la República de Malí se sucedieron una serie de revueltas contra los gobiernos locales por parte de este pueblo (1990, 2006 y 2009). En el año 2011 se constituyó el Movimiento Nacional de Liberación del Azawad (nombre con el cual se conoce la parte septentrional de Malí y compuesto principalmente por miembros de la etnia Tuareg). Para enero del 2012 ya contaba con un número de adherentes significativo y con el control del 70% del norte del país. Las cifras de desplazados superan los 200.000.

La debilidad e inacción del poder central generó insatisfacción entre el ejército regular, lo que llevó a un golpe de estado a fines de marzo, derrocando al presidente Touré. Esto no hizo más que beneficiar a los rebeldes del norte, que aprovecharon la ocasión para asegurar las principales ciudades (Timbuctu y Gao). 

Pero este afianzamiento territorial del MNLA no implica su integridad. El movimiento está dividido entre grupos seculares y el movimiento islamista Ansar Dine. Esta última es fuertemente vinculada a redes como Al-Quaeda. Informes locales indican que los islamistas correrían con ventaja en una potencial carrera por el control del hipotético estado.

Finalmente, el 6 de abril de 2012 se declara la independencia del Estado de Azawad:

“Mali es un estado anárquico, por lo tanto nos hemos reunido en un movimiento de liberación nacional para colocar a un ejército capaz de asegurar nuestra tierra y una oficina ejecutiva capaz de formar instituciones democráticas. Nosotros declaramos la independencia de Azawad a partir de este día.”
Moussa Ag Assarid, portavoz del MNLA


La independencia fue oficialmente desconocida por la mayoría de los Estados incluyendo a EE.UU, Rusia, Francia y Argelia, así como organismos internacionales como la Unión Africana y la Unión Europea.

Con la pérdida de casi la mitad de su territorio, el gobierno central de Malí tiene dos opciones: enfrentar la rebelión a un gran precio debido al fuerte sentimiento nacionalista del norte y las débiles Fuerzas Armadas o admitir oficialmente la división de su territorio como lo hizo Sudán el año pasado con Sudan del Sur.

Ambas opciones acarrearan grandes desplazamientos de población civil, ya sea por el potencial enfrentamiento armado a gran escala o por la imposición de nuevas leyes y costumbres que alteren la vida cotidiana.

Pase lo que pase el MNLA se enfrenta a una difícil misión. 

viernes, 6 de abril de 2012

Las independencias latinoamericanas desde la óptica de las potencias


La principal repercusión que tuvieron las independencias de los diversos Estados americanos fue la económica. Si bien no hay que descartar, sobre todo en las hispánicas, el impacto político, es el comercio el centro de la atención e interés de las potencias europeas.

El principal interesado en el avance de los acontecimientos fue Inglaterra. Durante los últimos años del imperio napoleónico, se le habían otorgado los derechos a comerciar con las colonias hispánicas en vistas de que España no estaba en condición de hacerlo. Al liberarse España, los británicos no querían perder este beneficio económico y por eso comenzaron a hacer fuerza para evitar la restauración monárquica en el continente americano. Estas nuevas naciones significaban una formidable ocasión para expandir los mercados de la industria inglesa que era la fuente de riqueza del imperio.

Algo similar sucedía con lo que sería Brasil, ex colonia portuguesa, donde los intereses ingleses eran palpables al ser esta misma corona la que protegió al soberano portugués e inundo de sus mercancías a la colonia portuguesa. 

Inglaterra no deseaba perder estos mercados, algo que posiblemente sucedería con la restauración monárquica y también si otras potencias europeas avanzasen sobre estas fuentes de ingreso con sus propias manufacturas.

Por otra parte, los países miembros de la Santa Alianza, las conservadoras y monárquicas Prusia y Austria, veían a estos movimientos independentistas americanos como una amenaza a la estabilidad monárquica europea, pero carecían de intereses y capacidades mayores como para tomar posiciones más directas y drásticas.

España, como principal afectado por estas rebeldías, buscaba después de la restauración de Fernando VII, retomar las riendas sobre sus colonias. Algo que intento mediante la fuerza y el envío de ejércitos.

Sin embargo, fue la intransigencia de la corona para implementar propuestas como la instauración de monarquías a cargo de príncipes europeos e ignorar las diferencias que había entre los gobiernos provisionales la que en última instancia complico el éxito del emprendimiento español.

Francia, por otra parte, manejaba las posibilidades de la división del continente en nuevas monarquías, a cargo de príncipes europeos, entre los cuales había candidatos nacionales. Pero por diferentes razones, Inglaterra y España se opusieron.

Rusia jugaba más bien en el plano europeo y proponía una mediación para lograr atraer a España a su esfera de influencia y lograr herramientas para presionar al gobierno inglés.
Como dijimos al inicio, Hispanoamérica pesó mucho más en las relaciones internacionales que Brasil, que se sintió solamente en los círculos ingleses como una oportunidad de expansión de mercados (o mantener lo que ya tenía desde época de la colonia).



Si el interés de Europa en la cuestión de la independencia americana era primordialmente económico, para los Estados Unidos la cuestión era igual además de agregarle que se jugaba el futuro de su zona de influencia, su hemisferio.

La nueva nación del norte veía en estas posibles nuevas repúblicas una forma de ganar mercados sobretodo en detrimento del imperio español. Con la independencia provisional se abrieron nuevas posibilidades de comercio, pero el gobierno estadounidense fue cauto respecto a las relaciones diplomáticas con estos y sus posibles repercusiones en el ámbito europeo, sobre todo con Inglaterra, la potencia del momento.

Además de todo, EE.UU tenían intereses territoriales en diversas zonas de América del norte, incluyendo al Florida y regiones cercanas a México. Con la continuidad de la guerra de independencia, a la corona española se le hacía virtualmente imposible controlar estas zonas, lo que ayudaba al avance norteamericano. Pese a todo, EE.UU aún quería mantener en los primeros años una relación armoniosa con España, debido a que deseaban prontamente poder adquirir la Florida por medio de una compra-venta.

Por eso, debido a  acusaciones españolas de que por iniciativas privadas los rebeldes eran abastecidos con armamento norteamericano, en 1817 el gobierno estadounidense declaro la neutralidad. Tomaron una actitud paciente.

Pero con la revolución española de 1820 había llegado hora de tomar cartas directas en el asunto, y evitar que el continente cayera en forma definitiva en la esfera comercial británica.

De todas formas, tanto Inglaterra como EE.UU tenían un importante interés en común. Este era mantener afuera del hemisferio a las demás potencias europeas. Inglaterra por razones de mercado principalmente, y Estados Unidos por el hecho de evitar confrontaciones políticas en lo que consideraba era su zona de influencia.

Por eso, luego de una serie de negociaciones entre el Primer Ministro ingles, Canning y funcionarios norteamericanos, en 1823 se declaró (finalmente en forma unilateral estadounidense) lo que sería conocido como la Doctrina Monroe, que propugnaba el lema “América para los americanos”. Esta buscaba dejar afuera todo interés europeo mas allá del británico, y era puesto en práctica justamente por la armada de dicha nación, ya que los EE.UU no podrían hacerlo por si mismos.

De esta forma, ambas naciones se aseguraban sus intereses en el hemisferio y se dejaba a la principal amenaza (Francia) afuera del juego. Sobretodo Centroamérica quedaría a merced de la futura potencia del norte. Latinoamérica quedaría definitivamente fraccionada por la diversidad de ideologías, culturas e intereses. 

martes, 13 de marzo de 2012

Narcotrafico en Argentina: Expansión


Nos encontramos en una etapa de crecimiento de actividades ligadas al tráfico de drogas ilegales y bienes de contrabando. Ejemplo de esto son los cada vez más frecuentes descubrimientos en allanamientos en todo el territorio nacional, así como la confiscación de cargamentos ilegales, con origen en la Argentina, en otras partes del mundo. Según la Organización Mundial de Aduanas (WCO), en un informe publicado por la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC)[1], los principales países distribuidores de América del Sur luego de Colombia, Bolivia y Perú, son, según tamaño de las incautaciones: Venezuela, Ecuador, Brasil y Argentina. Pero el mismo informe hace énfasis en el importante incremento de la mercancía incautada en nuestro país. Las confiscaciones de cocaína crecieron en la Argentina en forma exponencial desde 1.6 toneladas en el año 2002, pasando por 12.1 toneladas en el año 2008 para llegar a una cifra de 12.6 toneladas de cocaína incautadas el año siguiente.  Estos cargamentos tenían, en muchos casos, a Chile como destino, mientras que en al menos 194 casos el punto final era el continente europeo. Pero la cocaína no es la única droga ilícita que sufrió un aumento en las incautaciones. La confiscación de pastillas de éxtasis  creció de 11,072 en el 2008 a 136,550 en el año siguiente. El gobierno argentino también confirmó la incautación de 20kg de metanfetamina  y un laboratorio de éxtasis en el 2008. El mismo reporte de la UNODC también se hace eco de la mediática incautación de más de 4 toneladas de efedrina en el Gran Buenos Aires en el año 2009.
Históricamente la Argentina no fue un país productor de drogas ilegales para la exportación como lo pueden ser Bolivia, Perú o Colombia. El mismo hecho del aumento del número de incautaciones tampoco quiere decir que la historia se esté revirtiendo. Por lo contrario, esto puede ser un indicio de un cambio de función de la Argentina en la estructura logística del narcotráfico.
Por razones geográficas, Argentina nunca fue un lugar propicio para el desarrollo del tráfico ilegal de drogas. Su ubicación en el extremo sur del continente  y sus grandes distancias hacen poco rentable el traslado de dichas mercancías tanto intranacional como internacionalmente. Este último destino es el más lucrativo para los traficantes. Naciones como México o Colombia sirvieron   durante décadas como punto de partida para ingentes de cargamentos hacia todas partes del mundo. Esto llevo a los países receptores, principalmente EE.UU y Europa, a aumentar las medidas de seguridad y control de los embarques provenientes de dichos lugares. A la par de esto, los mismos gobiernos de los países productores comenzaron a ver afectados sus intereses comerciales y su imagen como país en el exterior, recibió un impacto negativo. Como resultado, los diversos gobernantes comenzaron a emplear medidas cada vez más drásticas para combatir esta actividad ilegal, llegando hasta la utilización de las FF.AA. en la tarea de búsqueda y destrucción de los centros de producción e incautación de los cargamentos.
Este endurecimiento de las políticas frente al narcotráfico en la mayoría de los países de la región, llevó a que se modifiquen las rutas de este negocio. El gobierno  argentino ha implementado en los últimos años una serie de programas nacionales y de cooperación internacional a través del SEDRONAR (Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico). Ejemplos de estos son el Programa BIDAL[2], auspiciado por la Organización de Estados Americanos y el Programa Prevenir[3], en conjunto con el Banco Mundial y el Ministerio de Salud.
Pero el gobierno descuidó toda una faceta de este problema tan arraigado a las sociedades latinoamericanas.
Los métodos para trasladar los cargamentos a través de las fronteras son múltiples y en este trabajo nos centraremos en la problemática de los vuelos clandestinos, la vía aérea del contrabando.
Este hecho va estrictamente ligado con la falta de control territorial que ejerce el gobierno nacional en muchas zonas fronterizas e incluso en provincias más alejadas de estas. Las constantes reducciones en el presupuesto de las fuerzas armadas y las fuerzas de seguridad, a la par de la corrupción en el ámbito judicial, han creado zonas de poca o nula penetración y presencia estatal, facilitando el contrabando sin ser detectado.
Esto nos lleva al eje de esta tesina. Incluso en el caso de ser detectados, las autoridades nacionales no cuentan con herramientas eficientes para someter a la ley a los contrabandistas.
Como hemos dicho, el endurecimiento de las políticas de los países vecinos y el descuido de factores relevantes por parte del gobierno nacional ha llevado a que se cree un desequilibrio y hoy en día presenciemos un incremento en el narcotráfico en la Argentina.


[1] La UNODC pública anualmente un informe en el cual plasma las estadísticas y los números vinculados tráfico y consumo de drogas junto a otros crímenes. En este caso nos estamos refiriendo a la versión 2011 del World Drug Report.  http://www.unodc.org/documents/data-and-analysis/WDR2011/World_Drug_Report_2011_ebook.pdf
[2] El objetivo del Proyecto BIDAL es la creación o el fortalecimiento de los sistemas de administración de bienes incautados y decomisados con el fin de generar ingresos adicionales para financiar programas o proyectos nacionales e internacionales.http://www.sedronar.gov.ar/images/archivos/proyecto%20bidal.pdf
[3] El Programa Prevenir es un  programa nacional de prevención integral de uso indebido de drogas, que focaliza su accionar en los niveles locales de gobierno. Está destinado a los municipios de todas  las regiones de la República Argentina que, sensibilizados con la problemática, decidan desarrollar estrategias preventivas. http://www.sedronar.gov.ar/images/archivos/programa%20pevenir%20web.pdf