martes, 13 de marzo de 2012

Narcotrafico en Argentina: Expansión


Nos encontramos en una etapa de crecimiento de actividades ligadas al tráfico de drogas ilegales y bienes de contrabando. Ejemplo de esto son los cada vez más frecuentes descubrimientos en allanamientos en todo el territorio nacional, así como la confiscación de cargamentos ilegales, con origen en la Argentina, en otras partes del mundo. Según la Organización Mundial de Aduanas (WCO), en un informe publicado por la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC)[1], los principales países distribuidores de América del Sur luego de Colombia, Bolivia y Perú, son, según tamaño de las incautaciones: Venezuela, Ecuador, Brasil y Argentina. Pero el mismo informe hace énfasis en el importante incremento de la mercancía incautada en nuestro país. Las confiscaciones de cocaína crecieron en la Argentina en forma exponencial desde 1.6 toneladas en el año 2002, pasando por 12.1 toneladas en el año 2008 para llegar a una cifra de 12.6 toneladas de cocaína incautadas el año siguiente.  Estos cargamentos tenían, en muchos casos, a Chile como destino, mientras que en al menos 194 casos el punto final era el continente europeo. Pero la cocaína no es la única droga ilícita que sufrió un aumento en las incautaciones. La confiscación de pastillas de éxtasis  creció de 11,072 en el 2008 a 136,550 en el año siguiente. El gobierno argentino también confirmó la incautación de 20kg de metanfetamina  y un laboratorio de éxtasis en el 2008. El mismo reporte de la UNODC también se hace eco de la mediática incautación de más de 4 toneladas de efedrina en el Gran Buenos Aires en el año 2009.
Históricamente la Argentina no fue un país productor de drogas ilegales para la exportación como lo pueden ser Bolivia, Perú o Colombia. El mismo hecho del aumento del número de incautaciones tampoco quiere decir que la historia se esté revirtiendo. Por lo contrario, esto puede ser un indicio de un cambio de función de la Argentina en la estructura logística del narcotráfico.
Por razones geográficas, Argentina nunca fue un lugar propicio para el desarrollo del tráfico ilegal de drogas. Su ubicación en el extremo sur del continente  y sus grandes distancias hacen poco rentable el traslado de dichas mercancías tanto intranacional como internacionalmente. Este último destino es el más lucrativo para los traficantes. Naciones como México o Colombia sirvieron   durante décadas como punto de partida para ingentes de cargamentos hacia todas partes del mundo. Esto llevo a los países receptores, principalmente EE.UU y Europa, a aumentar las medidas de seguridad y control de los embarques provenientes de dichos lugares. A la par de esto, los mismos gobiernos de los países productores comenzaron a ver afectados sus intereses comerciales y su imagen como país en el exterior, recibió un impacto negativo. Como resultado, los diversos gobernantes comenzaron a emplear medidas cada vez más drásticas para combatir esta actividad ilegal, llegando hasta la utilización de las FF.AA. en la tarea de búsqueda y destrucción de los centros de producción e incautación de los cargamentos.
Este endurecimiento de las políticas frente al narcotráfico en la mayoría de los países de la región, llevó a que se modifiquen las rutas de este negocio. El gobierno  argentino ha implementado en los últimos años una serie de programas nacionales y de cooperación internacional a través del SEDRONAR (Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico). Ejemplos de estos son el Programa BIDAL[2], auspiciado por la Organización de Estados Americanos y el Programa Prevenir[3], en conjunto con el Banco Mundial y el Ministerio de Salud.
Pero el gobierno descuidó toda una faceta de este problema tan arraigado a las sociedades latinoamericanas.
Los métodos para trasladar los cargamentos a través de las fronteras son múltiples y en este trabajo nos centraremos en la problemática de los vuelos clandestinos, la vía aérea del contrabando.
Este hecho va estrictamente ligado con la falta de control territorial que ejerce el gobierno nacional en muchas zonas fronterizas e incluso en provincias más alejadas de estas. Las constantes reducciones en el presupuesto de las fuerzas armadas y las fuerzas de seguridad, a la par de la corrupción en el ámbito judicial, han creado zonas de poca o nula penetración y presencia estatal, facilitando el contrabando sin ser detectado.
Esto nos lleva al eje de esta tesina. Incluso en el caso de ser detectados, las autoridades nacionales no cuentan con herramientas eficientes para someter a la ley a los contrabandistas.
Como hemos dicho, el endurecimiento de las políticas de los países vecinos y el descuido de factores relevantes por parte del gobierno nacional ha llevado a que se cree un desequilibrio y hoy en día presenciemos un incremento en el narcotráfico en la Argentina.


[1] La UNODC pública anualmente un informe en el cual plasma las estadísticas y los números vinculados tráfico y consumo de drogas junto a otros crímenes. En este caso nos estamos refiriendo a la versión 2011 del World Drug Report.  http://www.unodc.org/documents/data-and-analysis/WDR2011/World_Drug_Report_2011_ebook.pdf
[2] El objetivo del Proyecto BIDAL es la creación o el fortalecimiento de los sistemas de administración de bienes incautados y decomisados con el fin de generar ingresos adicionales para financiar programas o proyectos nacionales e internacionales.http://www.sedronar.gov.ar/images/archivos/proyecto%20bidal.pdf
[3] El Programa Prevenir es un  programa nacional de prevención integral de uso indebido de drogas, que focaliza su accionar en los niveles locales de gobierno. Está destinado a los municipios de todas  las regiones de la República Argentina que, sensibilizados con la problemática, decidan desarrollar estrategias preventivas. http://www.sedronar.gov.ar/images/archivos/programa%20pevenir%20web.pdf