Las primeras dudas surgieron en plena campaña electoral, pero con la delicada salud del líder venezolano se abren mas incógnitas sobre el futuro político de Venezuela Y por la misma trascendencia que logró el presidente bolivariano, una salida del poder traería consecuencias mas allá de las fronteras de las tierra de Simón Bolívar. ¿Cómo se perfilaría una América latina sin Chávez?
No es mi intención analizar las
cuestiones internas, ya que además de no ser el foco de este blog, carezco de
suficiente conocimiento como para poder opinar sobre el asunto. Si me voy a
enfocar aquí en lo que podría suceder en cuanto a las relaciones entre los países
dentro y fuera de la región.
Está claro que los principales
afectados serían sus países aliados en la región, el ALBA. Ecuador, Nicaragua y
Bolivia tienen lazos especiales con la Venezuela chavista. Pero el resultado de
las elecciones también son seguidos de cerca por países extra regionales como
Irán y Rusia, aliados estratégicos y socios comerciales.
Comencemos por la región. El lazo
que une a los países del ALBA es más bien ideológico/político que económico.
Antes de la llegada de Chávez las relaciones comerciales entre si eran poco significativas.
Luego de años de PSUV en el poder, las mismas se incrementaron, pero distan de
ser de relevancia para la estabilidad económica de cada uno. Un cambio de mando
en Caracas no implicaría una gran modificación en la matriz de comercio
exterior de la región. Recordemos que los principales socios comerciales de
Venezuela siguen siendo EE.UU y Colombia entre otros.
El impacto para los gobiernos de
estos tres países sería más bien el de la desaparición de su anclaje político-ideológico.
Es
conocido el apoyo que brindo Hugo Chávez a lo largo de los años para que los
gobiernos de Ortega, Morales y Correa se afirmen en el poder.
La pequeña economía nicaragüense fue
fácilmente influenciable por el dinero derivado de la venta de petróleo de
Venezuela. Sin esta ayuda Ortega no se hubiese perpetuado en el poder, y sin
esta tiene escasas chances de seguir financiando sus proyectos.
El caso de Bolivia es especial.
Desde sus inicios del lado del socialismo del siglo XXI, el líder indigenista
es uno de los principales allegados del presidente venezolano. En varias ocasiones
el bolivariano ofreció ayuda económica e incluso militar ante la complicada
situación interna que sufre el país andino. La cuestión de la secesión de la
región de la “media luna” fue en parte desestimada por el rol de Venezuela,
pero ante el cambio de rumbo de Caracas se podría reavivar la situación. La futura
estabilidad boliviana va a depender en gran parte de los resultados de estas
elecciones.
Ecuador por otra parte no debe
enfrentar una tensa situación interna como Bolivia, pero está claro que Correa
es uno de los alumnos principales de Chávez y la desaparición física o política
de este le jugaría en contra a sus aspiraciones a futuro.
En cuanto al resto de la región. El
proceso de normalización de las relaciones bilaterales con Colombia es factible
de persistir, mientras que se aliviarían las tensiones fronterizas con el
Brasil y Guyana.
Lo que es una gran incógnita es el
proceso de integración de Venezuela al Mercosur. Luego de tantos años y
vaivenes para su incorporación no es muy aconsejable su retracción, por lo que
hay que observar que posición elegirá dentro del organismo comercial multilateral.
El vínculo con EE.UU no cambiaría
mucho en lo comercial. Las relaciones en torno a la venta de petróleo seguirían
normalmente. Pero a nivel político es muy factible un acercamiento entre
Washington y Caracas.
Si miramos más allá del atlántico y
el pacifico nos encontramos con otros gobiernos que van a estar prestando
especial atención a los comicios del 7 de octubre. En los últimos años Moscú
fue uno de los principales socios comerciales en cuanto a la venta de armamento
de Venezuela. Solo en el 2010 acordaron una transacción de más de 5.000
millones de dólares. La relación comercial va más allá e implica incluso la
transferencia de armamento e intercambio de personal. Rusia viene perdiendo
socios claves de su negocio armamentístico como Libia, Siria e Irán (bloqueo
internacional) y sería un nuevo golpe la perdida de Venezuela como comprador
relevante. Ante el hipotético caso de una derrota chavista, quedarían en
suspendo algunos de estos contratos.
Por último, Irán. El país islámico viene
ensayando recientemente una política de acercamiento a las naciones de Latinoamérica
en búsqueda de nuevos aliados y socios. Pero la puerta de entrada al continente
fue Venezuela. Chávez y Ahmadineyad son muy cercanos y comparten el discurso
antiimperialista y antinorteamericano. Además de socios comerciales son socios políticos.
La salida del bolivariano significaría la pérdida de un importante aliado
mundial para Irán y un golpe a sus intereses en Latinoamérica.
La posibilidad de una salida del poder del actual
presidente generaría una serie de cambios
políticos tanto regionales como globales, externo e internos. En cuanto a lo
que refiere la política internacional, los perdedores cederán mucho más de lo
que obtendrán los vencedores. A nivel local, la disputa por el lugar de Chavez va a ser dura y la transición podría no estar ausente de violencia.