viernes, 3 de febrero de 2012

Malvinas: hacer que el RU negocie


La última cumbre del Mercosur en Montevideo trajo varios puntos fuertes. Nos centraremos en la cuestión Malvinas, que en los últimos años volvió a cobrar fuerza y a ser tema de discusión a nivel nacional e internacional. 

En resolución unánime entre los países miembros, se acordó cerrar todos los puertos a los barcos que naveguen bajo bandera de las Islas Malvinas ocupadas por los británicos. Esta medida afectará a las 19 embarcaciones registradas y que en su mayoría pertenecen a empresas conjuntas con capitales españoles dedicadas a la pesca. 

El Foreign Office condenó estas medidas y las tildó de ‘intentos de aislar económicamente a la isla’. 

Esta política concuerda con las decisiones tomadas en los últimos años por el gobierno argentino. Entre otras, se condicionó el tránsito de buques desde y hacia las islas por mar argentino. También países como Chile, Uruguay y Brasil han denegado el acceso a embarcaciones de guerra vinculadas a las Malvinas. 

Puede ser una estrategia adecuada para conseguir el objetivo de sentar al Reino Unido a la mesa de negociación y hacerlo acatar las resoluciones de Naciones Unidas, que año a año ignora. 

La vida en las Islas Malvinas es virtualmente imposible sin el contacto con el exterior. El archipiélago no cuenta con vegetación y vida animal suficiente para mantener a la actual población Kelper y a la base militar. Dicho abastecimiento proviene en gran medida de la tierra firme más cercana, el continente sudamericano. 

Si se pudiese cortar toda vía de suministro desde América del sur, la colonia británica se vería obligada a obtener el reemplazo desde puntos más alejados. Para lograr este cometido, la Argentina deberá contar con la estricta colaboración de todos sus vecinos con acceso al océano, tanto Atlántico como Pacífico. 

Pero el mar no es la única vía de acceso a las Islas Malvinas, y por ende la única opción de abastecimiento. Actualmente, LAN Chile opera vuelos semanales desde Punta Arenas y Santiago a Mount Pleasent, nombre de la base militar. Por eso es menester que Argentina trabaje en conjunto con el gobierno chileno de Piñera para detener estos vuelos y obligar a cerrar esta vía de suministro. 

Una vez cortada toda comunicación con el continente, el gobierno isleño deberá optar por cubrir sus necesidades desde puertos más alejados a un costo mucho mayor. El mantenimiento de la base militar en las islas ya le cuesta a la corona británica varios millones de libras, algo que en una economía en recesión puede ser innecesario. 

El fin de esta estrategia es aumentar aún más el costo de mantenimiento de la colonia y obligar al Reino Unido a negociar. 

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