domingo, 24 de julio de 2011

Noruega: Un llamado de atención

El atentado del viernes en la capital de Noruega fue finalmente llevado a cabo por un sector nacionalista de extrema derecha, quedando desmentida de este forma la teoría de la participación del grupo musulmán radical, Ansar al-Jihad al-Alami (Ayudantes de la Yihad Global). Sin embargo es preciso aclarar el por qué de la factibilidad de la participación de estos sectores en futuros atentados en países considerados “poco probables”.

¿Por qué Noruega? A primera vista causa cierta sorpresa la locación, pero si enfocamos mejor nos damos cuenta que el país de origen del premio Nobel de la paz siempre fue un potencial blanco de grupos extremistas religiosos.

El país escandinavo tiene una interesante trayectoria que lo vincula a Medio Oriente en relación a negociaciones de paz. Tal vez los principales exponentes sean los Acuerdos de Oslo de 1993 que involucraron a Israel y a la Autoridad Nacional Palestina. Este hecho provoco en el 2003 que Ayman al Zauahiri, el lugarteniente de Osama Bin Laden, amenace al pequeño país nórdico.

Noruega es miembro fundador de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (1949) y junto a dicha alianza participo activamente en diversas misiones, incluyendo la International Security Assistance Force (ISAF), encomendada por el Consejo de Seguridad en la resolución 1386. Su misión es básicamente combatir la insurgencia talibán en Afganistán.

Actualmente Noruega mantiene una fuerza de 500 hombres acantonada dentro de las fronteras afganas. Durante este lapso 9 militares noruegos fueron abatidos en diversos combates.

Si bien la presencia de Noruega en la región en términos de personal militar es escaza en comparación con otros países europeos (Como Alemania con 4800 o Francia con 3900), el grado de alerta y preparación de los servicios de contrainteligencia de estos países dificulta la acción terrorista lo que desviaba la amenaza a objetivos secundarios, como justamente Oslo. El mensaje que deja además esto es el de que todos los involucrados pueden ser objeto de ataques directos sin importar la magnitud de su participación.

La relación con Al-Quaeda no termina aquí. Durante el año 2010 se efectuaron tres arrestos vinculados a planes de ataques terroristas en el país. Estos fueron ligados por expertos locales a células de la organización terrorista.

Pero no solo la participación directa de las Fuerzas Armadas Noruegas en territorio musulmán aumenta la probabilidad de ataques en el vecino de Suecia. En medio del episodio ocurrido en los años 2005-2006 por las caricaturas del profeta Mahoma publicadas por un diario danés, fueron tres los periódicos noruegos que al republicar las sátiras se hicieron objetivo de la ira musulmana radical.

Si a esto le agregamos las muchas veces complejas políticas migratorias del país (que en reiteradas oportunidades son denunciadas como discriminatorias no solo por inmigrantes árabes) no se mejora precisamente la relación entre las partes.

En la actualidad, Noruega participa con seis cazas F-16 en la misión de intervención humanitaria en Libia.

Como último punto es necesario mencionar el factor oportunismo. En diciembre del 2010 un sueco de origen iraquí se inmolo en la ciudad de Estocolmo, Suecia. El hecho de contar con un nacional sueco enlistado en una célula terrorista aumenta las posibilidades de llevar a cabo un atentado dentro de dicho país. Algo similar puede ocurrir en Oslo.

La política exterior de Noruega no termina siendo tan pasiva como se cree del noruego promedio.

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